La dirección de los tractores es uno de los elementos más importantes a nivel técnico. Porque es crucial para la maniobrabilidad, el control y la eficiencia en sí del dispositivo. Además, dependiendo tanto del tipo de trabajo como de las necesidades específicas que pueda tener el operario, será necesario un tipo de dirección u otra. Porque cada sistema trae consigo unas ventajas y, cómo no, unos inconvenientes. Precisamente de todo esto vamos a hablar hoy; sigue leyendo, y adéntrate en el mundo de los sistemas de dirección de tractores. ¡Así acertarás sí o sí al comprar un modelo!
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Dirección manual
Comenzamos hablando de la dirección manual, que es una de las más sencillas que puedes hallar en este tipo de vehículo. Es similar al embrague tradicional de otros coches antiguos, y se suele encontrar sobre todo en modelos que son más antiguos, pequeños o económicos. No tiene ni asistencia mecánica ni hidráulica. Esto quiere decir que todo el esfuerzo necesario a la hora de mover las ruedas recae directamente en el operario, que tendrá que hacer un esfuerzo mayor al mover el volante.
Es un mecanismo muy sencillo: el volante se conecta a un sistema de engranajes, con un eje y unas barras, y este transmite toda la fuerza a las ruedas delanteras.
Tiene algunas ventajas, como que es muy simple de reparar, tiene un coste muy bajo y, además, tiende a ser bastante resistente y tener buena vida útil. Pero lo cierto es que no es el más recomendable, puesto que requiere un esfuerzo físico elevado por parte del trabajador. Además, ofrece mucha menos precisión y no funciona bien en terrenos que sean muy difíciles o angostos.
Dirección mecánica
Damos el salto a la dirección mecánica, que es una de las más comunes. Es una evolución del sistema anterior, pensada sobre todo para reducir el esfuerzo físico del trabajador. En este caso, nos encontramos con un sistema que emplea todo tipo de engranajes y mecanismos (piñones, cremallera, tornillo sin fin…) que ayudan a mejorar la transmisión del movimiento del volante hacia las ruedas. Si bien es cierto que continúa siendo mecánico, es mucho más cómodo que el anterior.
Tiene, pues, algunos beneficios: es más fácil de operar, su diseño es mucho más confiable a largo plazo y, además, se adapta bien a más tipos de trabajos. Pese a todo, continúa siendo bastante exigente en jornadas largas y tiene ciertas limitaciones a la hora de maniobrar. No solo eso, sino que el mantenimiento puede llegar a ser complejo en según qué circunstancias.
Dirección asistida
La dirección asistida (que es la que podemos encontrar en un embrague común de nuestros vehículos diarios) sí que supone un salto significativo en la comodidad del trabajador. En este caso, se incorpora una asistencia mecánica que hace que sea mucho más sencillo mover el volante. El esfuerzo para mover las ruedas es mínimo, de ahí que este sea el tipo de dirección más usado ahora mismo. Hay diferentes tipos: mecánica asistida, hidráulica o eléctrica. Y ahora entraremos en estos últimos, para poder profundizar en ellos.
Es una buena opción independientemente del tractor del que estemos hablando: da igual el tamaño, la potencia del motor, el trabajo que se vaya a realizar… Porque siempre supone una mejoría de cara al esfuerzo del operador. Es cierto que tiene un coste inicial algo más elevado, y que es más complejo a nivel técnico, pero merece completamente la pena la inversión.
Dirección hidráulica
Pasamos ahora a hablar de la dirección hidráulica, que es una de las más populares en todos los tractores modernos. Se ayuda de una bomba hidráulica, que va generando presión, para mover un pistón; este, a su vez, se encuentra conectado a las ruedas delanteras. Es especialmente útil cuando hablamos de tractores grandes, o de terrenos donde es un poco más complicado mover las ruedas.
- El esfuerzo se reduce al mínimo, puesto que el operario puede mover las ruedas con total facilidad.
- Es una buena opción incluso para trabajos pesados, con tractores que arrastran implementos muy grandes.
- Es un sistema muy duradero a largo plazo, pensado para soportar altas demandas de trabajo.
Es innegable que el coste inicial es bastante más alto que en otro tipo de tractores, con lo cual esta es una de sus principales desventajas. Pero, además, hay que tener en cuenta que el mantenimiento también será bastante más complejo. Y que, en caso de que el sistema hidráulico falle, todo el tractor podría verse afectado. De esta manera, se hace imprescindible un buen mantenimiento.
Dirección electrohidráulica
En esta ocasión, hablamos de un tipo de dirección que ha evolucionado directamente de la dirección hidráulica tradicional. Pero vemos una diferencia: esta asistencia está controlada a nivel eléctrico. Gracias a esto, permite ajustar la dirección dependiendo de las necesidades que pueda tener el trabajador en un momento concreto. Es cierto que permite un control mucho más preciso de la dirección, pero también es un sistema más complejo y que requiere cierta formación previa. A cambio, se obtiene un tractor mucho más eficiente a nivel energético y con funciones inteligentes añadidas. Por ejemplo, puede tener GPS o automatización de ciertas maniobras.
El coste inicial es alto, pero es una inversión que merece la pena en la gran mayoría de los casos.
Dirección eléctrica
Por último, pasamos a hablar de la conocida como dirección eléctrica, que es el sistema más avanzado de los tractores modernos. En este caso, se eliminan por completo los componentes hidráulicos, y todo pasa a depender de un motor eléctrico para girar las ruedas. Es muy popular, sobre todo, en vehículos eléctricos y en tractores que han sido diseñados para ser más sostenibles y eficientes a largo plazo.
Sus principales beneficios son:
- La eficiencia energética.
- Un mantenimiento bastante más sencillo.
- La posibilidad de integrar funciones avanzadas.
Es cierto que es bastante más caro, y que es complejo a nivel tecnológico, con lo cual puede ser más costoso reparar los fallos.